La ministra del trabajo, María José Zaldívar, es hija del histórico y fallecido dirigente de la democracia cristiana, Adolfo Zaldívar.
La abogada de la Pontificia Universidad Católica como varios ex concertacionistas terminó recalando en el gobierno de Sebastián Piñera como subsecretaria del trabajo y luego reemplazando al peor ministro que ha tenido la cartera en su historia, el actual embajador en Argentina y ex diputado RN Monckeberg.
Zaldívar viene de la escuela de la PUC en cuanto a sus convicciones religiosas y pro empresariales. Se desconoce si es cercana o participa en alguno de los grupos religiosos de la élite empresarial, esto es los Legionarios de Cristo, el Opus Dei o Schaenstatd.
En el curso de la Pandemia del Covid19 la ministra se ha visto en una defensa férrea del empresariado, al punto de validar el polémico dictamen de la Dirección del Trabajo que facultó en el mes de marzo a los empleadores para terminar los contratos, sin pago alguno de indemnización, por caso fortuito al punto de no cumplir con su compromiso de dejar sin efecto dicho pronunciamiento en la tramitación de la Ley de Protección al Empleo que ha significado que cientos de miles de trabajadores deban acogerse al seguro de cesantía con sus propios ahorros para enfrentar la crisis.
En dicho contexto, la ministra insistió en la tramitación a la reforma a dicha ley para evitar fraudes de empleadores que no estaban afectados y que se acogían a la misma. Zaldívar se transformó en la defensora de los grupos empresariales -siendo accionista minoritaria de Cencosur-. Así junto al ministro de hacienda Ignacio Briones hizo lo posible para evitar que la ley pusiera exigencias a los empresarios para la suspensión de contratos por acuerdos y la prohibición de distribuirse utilidades si aquéllo sucedía.
La ministra Zaldívar también se negó a apoyar el proyecto de ley que se tramita en el Congreso Nacional para ampliar el pre y postnatal a mujeres que debían volver a trabajar durante la Pandemia, con una actitud de escasa empatía hacia los riesgos de los recién nacidos y las madres que están embarazadas.
La actitud intransigente de la ministra hacia los trabajadores se evidenció esta jornada cuando en una entrevista a radio ADN indicó que «los fondos del Seguro de Cesantía son de los trabajadores pero no han sido ahorrados por ellos, estos fondos han sido puestos por los empleadores», en una clara alusión a que parte de los fondos son de cargo del empleador y la otra parte de cargo del trabajador, olvidando la ministra eso sí que lo mismo ocurre con las cargas de la mutuales de seguridad laboral y de las Cajas de Compensación.
Zaldívar añadió que «parte importante es de cargo del empleador. Esto no lo hace de forma dadivosa ni de un regalo, sino que porque la ley lo establece. Por lo tanto, en un momento cuando no puedo generar ingresos, ya sea porque estoy suspendido o tenga que estar al cuidado de mis hijos, es un muy buena razón para usar estos recursos».