Durante más de 20 años Enrique Paris fue el médico al que acudían los productores de todos los matinales de televisión para saber e indagar más acerca de los virus y enfermedades. Un hombre bonachón, correcto, amable y muy cercano que se hizo un espacio en todos los medios.
Cuando Sebastián Piñera llegó al gobierno el año 2018 muchos apostaban a que el pequeño doctor de la tele sería el ministro de salud, ya que participó en la redacción del programa de gobierno de la derecha. No fue así ya que el doctor Emilio Santelices y luego Jaime Mañalich , al que la derecha bautizó como el Big Boss, ingresaron asumieron el cargo. Paris quedó como lo refleja una instantánea captada en la campaña de Piñera mirando al mandatario.
La confusa y fracasada estrategia de Mañalich, Piñera y el segundo piso de La Moneda llegó a su cúlmine hace dos semanas atras, ya que la «inmunidad de rebaño» que las autoridades han tratado de desmentir a pesar de que existen declaraciones y registros explícitos de que fue la estrategia utilizada, terminó costándole al país una cantidad de muertos impensadas a pesar del esfuerzo del ministerio de salud en ocultar más de 3.000 fallecimientos sospechosos por síntomas de Covid. Así hoy sumando los muertos con PCR positivo y los «sospechosos» con certificado de defunción Covid19 la suma supera los 8.000 fallecidos.
Enrique Paris era el hombre en el momento oportuno. Su popularidad televisiva y el conocimiento de su figura como aquél «Good Man» que las mañanas daba consejos a las madres para enfrentar el virus sinsicial u otras patologías permitía al gobierno seguir en la misma línea con una nueva fórmula mediática. Mañalich ya había hecho el trabajo duro de los primeros meses de soportar la presión por las cuarentenas y evitar que los negocios de los empresarios que están dentro y fuera del gobierno se vieran más afectados y ahora sería Paris quien viniera a darle un nuevo aire solamente formal al diseño que Larroulet y el ortodoxo segundo piso de la Moneda habían decidido hace meses.
Ninguna medida relevante. Ningún cambio a lo que Mañalich había instalado desde marzo pero Paris sabe utilizar su carisma y encanto televisivo. Los muertos siguen aumentando y si bien los contagios parecen reducir en una cantidad menor en la Región Metropolitana la Pandemia ahora se instala en regiones como la de Antofagasta, O´higgins, Maule y el Bío-Bío y la simpatía del ministro oculta la decisión tecnócrata del gobierno de Piñera de salvar sus negocios y los de sus cercanos.
El nuevo ministro de salud en sus 14 primeros días se ha enfocado en dar cifras y responder a los errores del presidente Piñera y su gobierno. Claro está que el capital de confianza ganado por este médico televisivo es abundante y puede incluso faltar a la verdad en sus declaraciones cuando protegió al primer mandatario por el vergonzoso funeral de su tío, pero Paris es creíble.
Cuando ha intentado abrir el debate en temas que no son relacionados con la Pandemia, como el relacionado a las utilidades de las Isapres, el ministro ha debido desdecirse y volver a su rol de control de daños y ser quien le da un tono más dulce a la fracasada estrategia que adoptó el gobierno de Sebastián Piñera, el de un Good Man.