El gobierno de Sebastián Piñera vive en una burbuja tal que sus funcionarios vienen del mismo ámbito social y cultural: los sectores más extremos conservadores de nuestro país que se han enquistado en elitistas universidades de las comunas del «Rechazo».
El renunciado Arturo Zúñiga al asumir su cargo era director comercial de la clínica de la Universidad de Los Andes, controlada por el poderoso Opus Dei. Zúñiga es padre de cuatro hijos, y su mujer, María de la Luz Errázuriz, es profesora de Historia y actual coordinadora de los cursos de media del Colegio Huelén en Vitacura. El establecimiento es sólo de niñas, creado en 1978, y forma parte de la fundación Seduc, cuya formación espiritual – dice la web del colegio- está ligada a la “Prelatura del Opus Dei”.
Su reemplazante será Alberto Dougnac, quien se desempeñaba como decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Finis Terrae, controlada por otro poderoso grupo religioso: Legionarios de Cristo.
Dougnac es licenciado en Medicina con un Magíster en Medicina Interna y fue director del Hospital Clínico de la Universidad Católica de Chile y presidente de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva.