Independientemente del robo del jueves pasado en el Centenario. Uruguay no tuvo nada que ver. La selección chilena con una formación que no convence y que no traerá réditos. Mucho se dice que en la «roja» deben estar los mejores. Si los mejores en sus puestos. Eso se debe siempre matizar con el paladar del técnico. Pero lo que sí está claro es que los Jugadores deben ser competitivos. Estar a un rendimiento que asegure la mejor representatividad.
Pero Rueda escoge mal. Y mal. Arias no está en su mejor momento. Hace un tiempo que no juega en Racing. Y se noto. Nervioso. Pudo hacer más en el segundo gol charrúa. Sus compañeros no le tienen confianza. En la defensa. Salvo Sierralta, los demás no son ni buenos defensas, ni buenos marcadores, ni tienen proyección.
El medio campo es Vidal y Aránguiz. Y no hay más. Los que puso a sus lados ni siquiera los auxiliaron. Y en el ataque, si no fuera por lo eficiente de Vargas con la roja o por nuestro goleador que al menos se convenció que debe atacar
Y suma y sigue. Los demás convocados ni siquiera juegan en sus elencos. No son titulares indiscutidos. Llegó hasta dudar de si a Rueda lo ronda el representante aquel dueño del fútbol chileno.
¿El último llamado ? Benegas. Un mediocre jugador. Que no ha brillado en ninguno de los equipos en que ha jugado. De una edad superior a los 30 años. Sin ninguna proyección. ¿Es seleccionable? Parece chacota.
Rueda no terminará la clasificatoria a Qatar. El único consuelo por ahora es que no están todos los que deberían estar.
Por Cristián Ramírez Tagle