Los medios de comunicación hegemónicos y de propiedad de los grandes grupos económicos que gobiernan y dirigen el país se han enfocado en el Consejo de Renovación Nacional (RN) el día de mañana y que proclamaría como candidato de dicha tienda al ex ministro de defensa y ex carabinero, Mario Desbordes Jiménez.
A la vez, se han enfocado en la «pataleta» del senador Francisco Chahuán y del ex titular del BancoEstado -cuya gestión ha sido calificada como nefasta- Sebastián Sichel.
El lío se produjo porque Desbordes intenta que en el Consejo de mañana el partido lo nomine como su candidato. Claro está que el ex policía se ha esforzado en cambiar su imagen de «gallo de pelea» y acérrimo defensor de la dictadura a un político abierto a los consensos en una estrategia de ser candidato creyendo que su origen de clase media le da un plus, aun cuando ha sido en gran parte de su carrera política un sumiso de la élite económica. Una vez, se recuerda en el ambiente político, se le preguntó a Desbordes que defectos le encontraba a Sebastián Piñera cuando era candidato el año 2017. La respuesta fue: «Ninguno, no tiene defectos»… Juzgue usted.
Desbordes es un candidato sin arraigo y apoyo popular, más bien un invento de la élite -al igual que Sichel- en buscar un relato de meritocracia y alguien que viene «desde abajo» pero que forma parte del entramado de protección de los intereses de los poderosos, aun cuando Desbordes pocos méritos ha mostrado ya que ha profitado de cargos públicos -incluida su cónyuge- que le han permitido vivir estos últimos 15 años.
Pero al frente tenía a otro candidato que también es un invento: el senador por la región de Valparaíso, Francisco Chahuán. Un político con escasas convicciones y que se adapta según las urgencias del caso, lo que ha llevado a que sea cuestionado por sus cambios de posiciones como ocurrió en el Plebiscito del mes de octubre de 2020, ya que al principio se presentó como partidario del «Apruebo» y, luego, con su ADN pinochetista salió a defender el «Rechazo». Basta ver en sus entrevistas el espacio físico en que se ven en la paredes fotos suyas con sus adeptos, lo que refleja la elevada autoestima de Chahuán al punto de autoproclamarse como el mejor candidato de la derecha, aun cuando tiene mínimas muestras de adhesión popular.
Chahuán sabía que perdería en la interna y la jugada de Desbordes por acelerar su nominación lo llevó hoy a renunciar al partido (RN) y a su candidatura, aprovechando su presencia en el Palacio de «La Moneda» y la cobertura mediática. De todas formas, su intento paso sin pena ni gloria.
El tercero en discordia, Sebastián Sichel, es el candidato sin partido pero que, luego de beneficiarse de su militancia DC, se corrió a la derecha e irrumpe en los partidos del sector para tener una candidatura. Es el candidato que se «arrima» a los grupos empresariales y les ofrece su relato de hijo de madre soltera y su sumisión al libre mercado. Inventado por algunos empresarios cercanos a la DC aun no convence al resto de la derecha. Sichel provocó un sismo mayor en Renovación Nacional, con el apoyo del integrista diputado Tomás Fuentes y otros seguidores de una campaña que no va a ninguna parte ni prende y que, probablemente, morirá en la primaria de la derecha.