La improvisación sigue en el gobierno. Y los números están cada vez peores para la administración de Sebastián Piñera y su ministro de salud, Jaime Mañalich, a pesar del favorable y sesgado tratamiento favorable de los medios de comunicación masivos.
En un solo día se registraron 1.647 nuevos contagiados con una tasa de positividad del 12%, llegando los fallecidos a 312. La curva se empina día a día y el gobierno no da señales de cómo enfrentar el inesperado peack después de su irresponsable llamado a la normalidad y el regreso de funcionarios públicos, empresas privadas y aperturas de centros comerciales hace exactamente diez días. No deja de llamar la atención el incremento de contagios en que el gobierno se hace el desentendido e imputa a la población el hecho de haberse contagiado.
Pero las improvisaciones siguieron evidenciándose y esta mañana Mañalich anunció que el gobierno desechaba el cuestionable carnet de inmunidad que había anunciado semanas atrás y postergado en su implementación. La justificación de la medida se encuentra según el ministro en que se convencieron de que emitir el certificado podría generar situaciones de discriminación en el plano laboral.
Las palabras de Mañalich no reconocen la crítica, entre otras, de la revista británica «The Lancet» a la inédita iniciativa del gobierno chileno, en un artículo denominado «Chile planea controvertidos certificados COVID-19».
Así la publicación señala que respecto de la certificación de recuperación mediante la emisión de un carnet de inmunidad «la evidencia de inmunidad no es concluyente y quedan muchas preguntas», citando a Daniel Altmann, del Departamento de Inmunología e Inflamación del Imperial College de Londres. «La mayoría de los estudios de anticuerpos han involucrado a pacientes hospitalizados que tenían una enfermedad más grave y cuya respuesta inmune probablemente creó una cantidad sustancial de anticuerpos, pero eso no necesariamente ayuda a comprender el resto del iceberg«, agregó el especialista.
Un caso más leve «podría significar que han producido mucho menos anticuerpos, por lo que algunas de esas personas podrían reinfectarse. Simplemente no lo sabemos todavía. Es un desconocido aterrador. Advirtió que la infección con la mayoría de los coronavirus comunes da como resultado una inmunidad débil», y Altmann añadió «que los pocos estudios longitudinales existentes de SARS y MERS indican una «inmunidad decreciente» unos años después de la infección».
El artículo publicado cita la opinión de Jarbas Barbosa, asistente director de la Organización Panamericana de la Salud quien indicó que «en este punto, con las limitaciones sobre pruebas [rápidas], con las limitaciones sobre el conocimiento de [si una persona] quien tiene anticuerpos está realmente protegido, con los problemas sociales que [podrían ocurrir si las personas aún son contagiosas], no podemos recomendar este tipo de medida».
La revista británica añadió que «las asociaciones médicas chilenas no están de acuerdo con la idea de un certificado y «pidieron prudencia» a la luz de la posición de la OMS», aludiendo a Cristóbal Cuadrado de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Chile, asesor del Colegio Médico. «La contribución potencial a la comunidad o la economía por el número relativamente pequeño de personas que calificarían para los certificados, alrededor de 10 000 a partir del 3 de mayo, no justifica el riesgo y la incertidumbre, o la posibilidad de que los certificados puedan convertirse en motivos de discriminación», indicó.
Como se advierte, las razones de la publicación con científicas y no las que Mañalich indicó esta mañana a la prensa.