El Rechazo a pesar de la campaña del terror de un sector de la derecha y los significativos recursos invertidos en los medios de comunicación por los financistas del comando no ha prendido.
Incluso llamó la atención una encuesta que parece ser más que una “Fake News” de una consultora de uno de los dirigentes del “Rechazo”, el polémico comunicador Gonzalo De La Carrera, en que la mayoría de los encuestados (sin saberse universo y el eventual sesgo) declaraban que votarían “Rechazo” pero que no irían a las urnas el 25 de octubre. Algo así como que el “Apruebo” gana sólo porque la mayoría de los chilenos no ejercerá su derecho a sufragio. Una estrategia tan alucinante como absurda en una realidad del país muy diversa a la de hace unos años en que se podía manipular más fácilmente a la opinión pública.
Salvo que ocurra algo excepcional el plebiscito se realizará y el “Rechazo” podría sumar algunos votos de la generación de los mayores de 50 años fáciles presas del “miedo” y la “hoja en blanco” pero no para superar el 40%. Incluso, si el gobierno sigue cometiendo errores no forzados y siendo identificado como parte del “Rechazo” podría llevar a que la consulta sea una especie de juicio a la gestión del Ejecutivo.
Así las cosas la derecha tiene que optar por quedarse atrapada en el “Rechazo” como una posición extrema que la condenará a ser una minoría intrascendente o participar del proceso de la Convención Constituyente y tratar de lograr más del 40% de integrantes y así negociar los puntos esenciales de la institucionalidad que les ha dado los privilegios y beneficios al sector que representa.
La aparición de Longueira no deja de ser relevante ya que refleja una inquietud de un sector de dirigentes de la UDI y RN en cuanto a no dejarse llevar por el fanatismo de Kast y así terminar en un nicho reducido a lo mínimo dejando que el espacio de los sectores más moderados sean copados por otras fuerzas políticas que estuvieron por el “Apruebo”, incluso algunos ex concertación…