Desde el estallido social del 18/O que el presidente de la república ha sido cuestionado por vivir una realidad paralela ajena a las necesidades del resto del país.
Hace poco en una interesante entrevista que le hizo la periodista Mónica Rincón dio a entender que las personas de la élite empresarial que viven en las tres comunas del «Rechazo» -una de ellas Las Condes en la que se emplaza la mansión del mandatario- tienen una realidad distinta del resto del país complicándose más de la cuenta cuando la incisiva periodista le exigía definirse si dicho sector del país se encuentra ajeno a lo que vive el Chile real.
Esta jornada Piñera enfrentó a la prensa en la región del Bío-Bío y nuevamente amenazó veladamente con ir al siempre favorable Tribunal Constitucional para intentar evitar que se haga efectivo el retiro del segundo 10% de los fondos del pensiones, argumentando que la idea es muy negativa y afectará a las pensiones de los más pobres que están en edad de jubilarse.
Tiene razón tal vez el mandatario en sus argumentos, pero nuevamente cae en una errada lectura de la realidad. Insiste en que su gobierno ha creado un «Pilar Solidario» con el Ingreso de Emergencia, los préstamos y el polémico bono «clase media». Piñera cree que dichas políticas sociales débiles y restringidas, con la temida «letra chica» y a veces miserables para las urgentes necesidades de millones de chilenos que están desempleados o han vuelto a trabajar en condiciones de ingresos muy precarias es suficiente.
La élite a la que pertenece el presidente Piñera cree que el país se reactivó con los restaurantes y cafés de las acomodadas comunas del barrio alto de Santiago y la reanudación de las obras de construcción y edificaciones, siendo que el desempleo aún supera el 12% y tal vez, con salarios promedios que están por debajo de los $401.000 líquidos.
La «burbuja» del gobierno le está pasando incluso la cuenta con su propia coalición. Desesperados están algunos parlamentarios de la UDI y RN -no así Evópoli- cuando ven que deben defender a un gobierno que ha sido tan mezquino en la ayuda a los chilenos que los tiene «arrinconados» en el 22% del «Rechazo» y sólo en las tres comunes de la élite con mayoría. Se vienen las elecciones municipales y de gobernadores y, tal vez la más relevante: la de la constituyentes y si la opinión pública ve que los partidos de derecha defienden al gobierno en las medidas ortodoxas como negarse al retiro del 10% ante las urgentes necesidades de cientos de miles de familias, los votos en los sectores medios y populares se seguirán yendo.
Por ello que no llama la atención que la jefa de la bancada de la UDI, María José Hoffmann, criticara abiertamente al gobierno por no dar una alternativa al retiro de los fondos previsionales y dejara a su sector en defensa de algo imposible. Lo mismo dijo esta jornada el senador Iván Moreira. En RN un sector relevante aprobó la iniciativa y si el proyecto va al senado es muy posible que se aprueba como está.
Si Piñera lleva el proyecto al Tribunal Constitucional la cuenta será muy dura para su administración. Aún tiene tiempo para evitar otro descalabro, eso sí su ministro de hacienda debe dejar de lado las torpezas y preocuparse de indagar los ingresos de cada chileno para buscar argumentos en contra del retiro de los fondos de pensiones o perseguir a los funcionarios públicos con acceso a sus cuentas corrientes cuestionados por su legalidad.