Ya van tres. Tal vez a pesar de todas las torpezas y el manejo equivocado del Caso Catrillanca y de la reacción ante el “Estallido Social”, Andrés Chadwick sea el de mayor tonelaje político y que ha ejercido el cargo en forma acorde a sus exigencias.
Los sucesores poco o nada. De mal en peor podríamos decir.
Gonzalo Blumel se quedó en un mundo ajeno a la realidad. Su falta de calle y desconocimiento de lo que vive el país se hacía patente en cada decisión. Intentó asumir un rol conciliador para llegar a acuerdos, pero era tironeado por los sectores más extremos de la derecha y en el ámbito del “orden público” sobre reaccionaba al punto de salir a defender a Carabineros sin tener todos los antecedentes de cada caso, siendo tal vez el bochorno más evidente cuando imputó a los funcionarios de salud de haberse negado a atender a funcionarios policiales en la ciudad de Melipilla, lo que posteriormente luego de una investigación quedó en evidencia que se trataba de una acusación falsa.
Blumel se fue debiltando y la UDI hizo todo por hacerlo caer. Fue la errática gestión del proyecto de ley sobre retiro del 10% de los fondos de pensiones la oportunidad para que el partido del “Rechazo” lograra arrinconar a Piñera y poner en dicho cargo a uno de los “duros” y más extremos del gremialismo: el senador Víctor Pérez Varela.
Seguidor de la dictadura militar y contrario al plebiscito, Pérez asumió el cargo y de inmediato se vio la nueva mano. Intransigente, provocador, desconectado de la realidad y lento en sus decisiones.
El manejo de paro de la facción ultraderechista del los camioneros fue su primer traspié, pareciendo más un partícipe de la movilización que la autoridad que debe asumir el rol del control del orden publico, con instrucciones impresentables a las fuerzas policiales que asumieron un rol coadyuvante y protector de los camioneros que se desbandaron en las carreteras del país en plena Pandemia.
Pérez, asimismo, se ha visto más que nada un comentarista de los hechos que le incumben a su cartera. Ha descalificado cualquier cuestionamiento a los evidentes abusos policiales, llegando incluso a interferir en otros organismos al cuestionar la objetividad de la fiscal Ximena Chong y validar las prácticas de seguimiento de parte de sujetos que podrían estar vinculados a la fuerza policial.
En la última jornada, el cuestionado ministro del interior criminalizó a una población entera (Lo Hermida) y justificó que un policía infiltrado incitara a los vecinos a atacar los cuarteles militares.
Las declaraciones de Pérez Varela cada vez son más incendiarias y se advierte que no entiende su nuevo rol, siendo traicionado por su fanatismo al punto de justificarlo todo.
La acusación constitucional está presenta. Aún se desconoce si el «laguismo», sectores de la DC y algunos diputados como la dupla Loreto Carvajal y Gabriel Silver negocien su voto con el oficialismo como ha ocurrido hasta ahora.