Las vacunas son el tema. Cada país ha apostado por los desarrollos que comenzaban y algunos no se «amarraban» a ninguno. El gobierno de Sebastián Piñera, en una decisión entre cuatro paredes y beneficiando a la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) -alma mater del mandatario y casi todo el gabinete- apostó por el desarrollo de la vacuna china CoronaVac, desarrollada por la empresa china Sinovac Biotech.
La decisión del gobierno en su momento fue cuestionada por no haberse consultado a la comunidad científica y por el hecho de ser un acuerdo cerrado con la poderosa PUC.
No obstante, esta jornada se informó que el ensayo clínico de la vacuna CoronaVac contra la covid-19 fue suspendido en Brasil después de que las autoridades sanitarias informaran de un incidente adverso «grave», muy probablemente una persona fallecida, aun cuando el regulador sanitario brasileño, Anvisa, informó que el incidente tuvo lugar el pasado 29 de octubre, pero no dio más detalles.
La vacuna CoronaVac, desarrollada por la empresa china Sinovac Biotech, es una de las varias que se encuentran en fase de prueba final a nivel mundial y este revés podría suponer la caída del proyecto.
LA OPACIDAD DEL ACUERDO ENTRE EL GOBIERNO, PUC Y SINOVAC BIOTECH
“Gracias a la capacidad científica y de estudios clínicos que tenemos en Chile, así como también de una situación epidemiológica que sin duda favorece el desarrollo de una vacuna, pretendemos llevar adelante un estudio de alto impacto que también permita acercar la vacuna a la población”, afirmó el pasado 17 de junio en plena Pandemia el director del equipo investigador de la UC, Dr. Alexis Kalergis.
Por parte del gobierno, el director general de ProChile y académico de la misma universidad, Jorge O’Ryan, destacó que el «convenio entre la UC y Sinovac Biotech Ltd. va en línea con lo que se ha promovido desde la entidad gubernamental, en términos de apostar por ámbitos que permitan generar un mayor valor agregado, tales como constituyen la innovación científica y tecnológica. Vamos a seguir trabajando para facilitar acuerdos de este tipo, tanto con China como con otros países, que nos ayuden a sacar adelante esta crisis sanitaria. Hoy es la hora de los académicos y científicos”, recalcó.
La opacidad es lo que caracterizó el acuerdo entre el gobierno, la PUC y la empresa China Sinovac Biotech, ya que se desconoce si las autoridades sanitarias tienen asegurada una partida de vacunas a comprar y ello podría implicar esperar que el desarrollo -ante el retraso causado en su fase 3- aun cuando otras vacunas, como la rusa Sputnik, la de Pfizer y de Oxford podrían estar antes en condiciones de ser aplicadas.
En casi todos los países de la región se están definiendo las estrategias de la vacunación masiva y en Chile el ministro de salud, Enrique Paris, mantiene silencio y se limita a indicar que el gobierno está evaluando la compra de las vacunas que escasearán ya en enero por la alta demanda mundial.