El gobierno no ha entendido nada -otra vez- ante la explosiva pandemia del Corona Virud Covid19. Lento y reaccionando sólo por las presiones de la opinión pública, el colegio médico, organizaciones sociales y la débil oposición ha demorado en exceso adoptar las medidas urgentes que la emergencia requiere. Así Chile fue el último país de la región que adoptó cerrar sus fronteras a partir de hoy miércoles 18 de marzo siendo que países vecinos lo hicieron el jueves 12 y en esta situación extrema 6 días es mucho tiempo y muchas vidas.
La gestión ha sido tan mal llevada que los chilenos y extranjeros que siguen llegando aun de países con el contagio propagado en Europa y América del Norte no han tenido seguimiento y sólo se les hace llenar una declaración jurada en el aeropuerto y las fronteras terrestres. Ayer incluso cuatro españoles que llegaron al país abordaron un bus destino a Valdivia. Impresentable por decir lo menos.
A lo anterior se añade la pésima gestión del ministro de salud, Jaime Mañalich, quien encerrado en conflictos con determinados sectores y preocupado de twittear respuestas agresivas y absurdas se ha visto encerrado en sus colaboradores provenientes de universidades privadas de la élite y en «rendir cuenta» a los grupos empresariales -CPC- de las medidas a adoptar. Así llama la atención de cómo Mañalich se reúne con los grandes empresarios e ignora al Colegio Médico, entidad esta última validada el lunes por todos los partidos políticos desde los republicanos de José Antonio Kast al Frente Amplio en una reunión en que se le pidió al presidente Piñera incluirlos en un comité de alto nivel científico, a lo que aún no hay respuesta. Peor todavía hoy Mañalich lanzó ironías a quienes cuestionan sus medidas.
No se nos ha informado aun cuál es definitivamente la estrategia de la autoridad ante la pandemia. La falta de información y las pésimas señales de parte del gobierno de Sebastián Piñera en cuanto a privilegiar la economía por sobre la emergencia, como por ejemplo mantener abiertos los centros comerciales- genera más dudas.
Lo que sí se sabe es que nuestro país está en una curva ascendente en la región y los científicos y especialistas recomiendan, a partir de lo sucedido en China y luego en Europa, una cuarentena total en la fase en que nos encontramos. Así se podría aplanar la curva de crecimiento de contagios y aliviar en las próximas semanas a los servicios de salud. O sea menos gente contagiada de aquí a 15 días y así menos enfermos en condiciones críticas.
Mañalich ha entregado cifras y datos sin profundizar y sólo asegura que el peack sería la última semana de abril y la primera de mayo.
Ello implica que la cuarentena en los próximos días no está en la decisión de las autoridades y la idea es adoptar dicha medida más tarde y así dejar que la curva siga su crecimiento y afrontar la emergencia con los recursos disponibles, no sabemos aún cuales. Así muchos contagiados en pocas semanas -aun cuando implique un número mayor de fallecidos- reduce la duración de la pandemia y las restricciones a la actividad económica.
¿Pero estamos los chilenos de acuerdo con dicha decisión? ¿Estamos de acuerdo en aceptar sacrificar a muchos compatriotas o tal vez queremos reducir las muertes y alargar la pandemia a niveles controlables? ¿Qué hay detrás de la decisión del gobierno de la gradualidad de medidas en relación a los intereses de los grupos económicos y de ellos mismos por sus empresas?
Todas interrogantes que tenemos todo el derecho de plantearnos y que las autoridades no han aclarado hasta ahora.