El plan del gobierno para enfrentar los efectos económicos adversos de la pandemia que afecta a todo el planeta fue presentado con bombos y platillos por el ministro de hacienda el militante de Evópoli, Ignacio Briones. Así los más de once mil millones de dólares se veían como un esfuerzo que podría resolver las dificultades que el virus provocaría no sólo en lo sanitario sino en la mayoría de los chilenos que verían como se reducen sus ingresos o derechamente por la pérdida de su fuente laboral.
Briones así insistía en la generosidad gubernamental pero a medida que se fue viendo el contenido del plan se llegó a una frase que ha seguido a la administración piñerista: mucho ruido y pocas nueces.
Los beneficios que se ofertaron por Briones no eran suficientes y peor aún, a medida que pasan los días el novel ministro queda en deuda en cuanto a tener un rol más proactivo en cuanto a la crisis. Se esfumó dicen algunos parlamentarios de oposición. Desde la semana pasada entró a un segundo plano y desde aquella absurda idea de publicitar a los medios de comunicación la petición para que los demás del gabinete se rebajen sus sueldos para donarlos a diversas entidades de caridad perdió toda trascendencia y en los mercados, en el congreso y en la opinión de los especialistas se preguntan qué paso con el ministro.
La equivocada frase del ministro de que con el plan del gobierno «se tiró toda la carne a la parrilla» deja en un limbo lo que vendrá en las próximas semanas. El gobierno asume que la labor está cumplida y el total del gasto anunciado pareciera ser que no será agotado ya que no más del 20% de los trabajadores dependientes están en la hipótesis de suspensión de contratos y pago de seguro de desempleo y aún se desconoce si se harán efectivos los pactos de reducción de jornada. Así el «super gasto» que el ministro anunció es mucho menor.
Por otra parte, la ayuda del gobierno de Piñera y aprobada en el Congreso al 60% de la población es paupérrima: $50.000 por carga y que en promedio sería una ayuda ínfima de $120.000 por familia y pagadera a fines de este mes.
Con Briones ausente en el debate y asumiendo que su tarea fue cumplida, han sido los economistas y políticos que han llevado la delantera en insistir en que el gobierno debe rápidamente asumir nuevas medidas. Entre ellos el ex presidente del Banco Central y actual decano de la Facultad de Economía y Negocios, José De Gregorio, ha insistido que ante esta mega externalidad el Estado debe inyectar más liquidez y así evitar que los trabajadores tanto dependientes como independientes deban ir a trabajar. Incluso, De Gregorio se abrió a explorar -según indicó en entrevista a Canal 24 Horas de TVN- a la posibilidad de que el Banco Central pudiera adquirir a los bancos bonos del tesoro.
Por su parte, el ex ministro de hacienda, Rodrigo Valdés, insistió en la urgente necesidad de incrementar los aportes del Estado. Así a la misma estación televisiva señaló anoche que «el Seguro de Cesantía creo que es algo correcto, pero tenemos un montón de gente que no tiene acceso al Seguro de Cesantía. Accedieron a este bono Covid-90, que es un bono relativamente chico, yo no estoy seguro que les está llegando a todos los que necesitan, creo más bien que no y por lo tanto queda trabajo de identificar a aquellas personas que tenían una pega por cuenta propia, trabajaban más bien informales».
Valdés agregó que «a esas personas hay que llegar, y el Gobierno tiene algunas herramientas que puede explorar y tiene que poner más plata. Esto no se va a solucionar con las magnitudes que se han gastado hasta ahora. Esa es la siguiente etapa: cómo hacer que estas personas se queden en la casa para que tengan seguridad económica, para que no tengan que salir y además me preocupa la estabilidad social. Cuando tengamos cuarentenas grandes en una zona de clase media grande, creo que hay que tener a la gente tranquila».
La ronda de reuniones de Briones
Ante la premura en las medidas y la difícil situación que ya están viviendo miles de chileno recién hoy el ministro de hacienda, Ignacio Briones, comenzó diversas reuniones para evaluar si se adoptan otras medidas.
Así sostuvo conversaciones con los líderes de Chile Vamos y la oposición. Consultada sobre cuándo el gobierno podría realizar anunciar la senadora y presidenta de la UDI, Van Rysselberghe, aseguró a Emol que «el Gobierno quiere ir creando paquetes en la medida en cómo se va desarrollando todo esto, porque evidentemente todo esto va evolucionando, puede durar dos meses o tres meses. La idea es sacar este nuevo paquete luego».