Más de 7000 casos el sábado y otros 6.800 este domingo, con muertos que suman y suman y se acercan a los 30.000 -incluidos los casos sospechosos que en forma mañosa el gobierno de Piñera no incluye para reducir el número total- son el resultado de decisiones equivocadas en las que el ministro de economía, Lucas Palacios, debería en algún momento hacerse cargo, al igual que su par de salud, Enrique Paris, el de educación, Raúl Figueroa, y por cierto el cuestionado presidente Sebastián Piñera y el «Poder Real» del segundo Piso de La Moneda.
El exitismo por el proceso de vacunación, incitado por los fanáticos patriotas extremistas de redes sociales, y un gobierno que sólo mira proteger la defensa de los intereses de los grupos económicos hicieron que Palacios durante el verano tomara el timón de la estrategia para enfrentar la Pandemia y el ministro de salud Enrique Paris fuera sólo un comunicador de las decisiones. Se abrieron casinos -negocio en que el presidente Piñera tendría intereses económicos-, gimnasios y se otorgó un permiso de vacaciones que hizo que el virus circulara en los meses de enero, febrero y marzo -permiso incluso aun vigente- para permitir no sólo a la élite empresarial viajar fuera del país sino que irse a sus destinos turísticos preferidos en Chile, sino que a muchos chilenos a los que los medios de comunicación hegemónicos invitaban con sus «reportajes y notas veraniegas» a salir.
A ello se sumó la obsesión de los sectores más extremos de la derecha de insistir en el retorno a clases presencial, que terminó con sumar otro condimento a este cóctel de errores.

La falta de datos de parte de la autoridades es abismante. No se sabe si la circulación viral en Chile es de la original Covid o de la variante brasileña de Manaos, considerando que el gobierno no cerró fronteras y muchos chilenos -cuyo número también se ignora- viajaron a Brasil en verano. También se ignora cuántos brasileños llegaron al país.
Un exhaustivo informe realizado por la profesora Sharon Peackock, “Mutaciones del COVID-19, pasado, presente y futuro”, consejera científica del primer ministro británico Boris Johnson, sostiene que «La variante surgida en Manaos se caracteriza por la mutación E484K, que hace al virus más agresivo y más contagioso. Un hecho importante es que las vacunas actuales no son muy eficaces contra E484K (se están modificando para cubrir las variantes con esta mutación, y Oxford-AstraZeneca estaría modificada en octubre). Esta variante ha surgido también espontáneamente en Sudáfrica, Nueva York y Bristol. Esto hace pensar que la adquisición de la mutación E484K podría ser la evolución natural del virus. De ahí, que la misma podría surgir espontáneamente en cualquier lado, en caso de contagios en población de riesgo».
Así la «Cepa de Manaos» es altamente contagiosa y aun se desconoce si es más mortal, pero el punto que más preocupación genera es si es refractaria a las vacunas que se están aplicando en Chile. Según datos que proporcionó el fabricante Pfizer de la vacuna que minoritariamente se aplica en Chile, su protección abarcaría a las otras cepas.
La vacuna Coronavac desarrollada por Sinovac y que por millones llega a Chile y que se aplica en Brasil ha evidenciado que muchos pacientes inoculados en el país carioca se han contagiado y hospitalizado, sin saberse aún cuántos han fallecido.
El gobierno de Piñera se encuentra en un escenario en el que no hay Plan. Pretende evitar la cuarentena estricta ya que representa a la élite empresarial y la idea es mantener a toda costa al país en actividad, con un ministro de salud que no asume su rol y se ha ido transformando en un personaje cada vez más violento en la forma de comunicar la escasa información que la población necesita. Así vemos a un Enrique Paris atrincherado en una especie de guerra que él mismo se imagina al no aceptar las críticas a su gobierno que ha hecho la mejor vacunación del mundo pero que tiene miles de contagiados cada día.
Los próximos días serán claves para ver si el peack de contagios cede y la vacunación va dando lugar al control de la Pandemia.