Este domingo 25 de octubre será histórico. Millones de chilenos serán llamados a votar por primera vez para iniciar un proceso constituyente y superar así la ilegitimidad de origen y de algunos contenidos de la Constitución de 1980 aprobada en la dictadura de Augusto Pinochet.
La mayoría de la derecha se aglutinó en el «Rechazo» y así mantener la actual carta fundamental de la dictadura y las favorables condiciones para la élite económica del país, con una campaña que ha pretendido hacer creer a los chilenos que votar por el «Apruebo» es hacerlo por la violencia y borrando de una plumada -en una lógica de realidad paralela propia de los sectores acomodados que representa ChileVamos»- las legítimas demandas sociales que deben ser discutidas y plasmadas en el texto constitucional: La «Casa de Todos».
Los lamentables hechos de violencia del 18 de octubre pasado fueron un «regalo» para aquél sector de la derecha que está por el «Rechazo» y han utilizado todos los medios disponibles -con recursos muy generoso de parte de los sectores empresariales- para difundir un mensaje de miedo que ya les dio resultados en la campaña del año 2017 cuando Sebastián Piñera, después de una primera vuelta muy decepcionante, hizo suyo el slogan «Chilezuela» aprovechando una propaganda mediática durante todo el año de los canales de televisión Mega y Canal13, se enfocaron en la crisis del país caribeño con un claro interés político de favorecer a la derecha.
La franja política de ChileVamos emitida esta semana se centró en la violencia exhibiendo imágenes de saqueos y el incendio de iglesias. Lo mismo se advierte en el inserto publicado en los oficialistas diarios «La Tercera» y «El Mercurio», en los que explícitamente y sin fundamento alguno se vincula a la opción «Apruebo» con los hechos de violencia.
El destinatario de la propaganda de miedo de la derecha es el mismo segmento que le dio la victoria a Piñera el año 2017, esto es los sectores medios aspiracionales y sectores populares cercanos al mundo evangélico.