Es dueño, amo y señor de uno de los medios de comunicación más importantes del país. Tomás Mosciatti se ha ido instalando como un agudo analista que a partir del 18/O mostró su posición política más cercana a los sectores del Rechazo, José Antonio Kast y la UDI. Ahora ha sido demandando por un polémico personaje del mundo judicial, el siempre presente «Pinguino». Se trata de Eugenio González, un supuesto operador de tribunales y al que se le imputan vínculos con el senador Guido Girardi.
La demanda interpuesta ante el 26° juzgado civil de Santiago y en que se pide una indemnización de más de un millón de dólares se funda -según el demandante- en las reiteradas veces en que Mosciatti le ha imputado a González estar detrás de operaciones políticas en el nombramiento de jueces, lo que llevó a que la acción judicial señale que el demandado utilizando los medios de Radio Bío- Bío, «se ha erigido así, en mi agresor reputacional y despliega su conducta en una posición de privilegio y poder, como lo es la propiedad de un medio de comunicación social».
Mosciatti no está solo. Ese fue el Hashtag que sectores de extrema derecha levantaron el día de ayer y en el que casi todos los twitteros son partidarios del «Rechazo» y -en su mayoría- militantes o adherentes del Partido Repúblicano del ex diputado José Antonio Kast.
Aún cuando Radio Bío-Bío tiene una diversidad editorial con voces que no son parte del oficialismo, el abogado y periodista se ha ido identificando con ese sector. Así tiene como panelistas a conspicuos defensores de la dictadura militar y del modelo neoliberal como Hermógenes Pérez de Arce y al abogado y numerario del Opus Dei Gonzalo Rojas.
Mosciatti siempre ha tenido palabras agudas hacia todo sector político que no sea la derecha, eso sí teniendo en su mirada ya obsesiva al Partido Comunista y especialmente al Frente Amplio. La falta de objetividad del propietario de radio Bío-Bío es tal que algunos de sus comentario rayan en lo alucinante. Así en pleno estallido social Mosciati planteaba una intervención militar como salida al conflicto y en pleno verano uno de sus comentarios más cuestionados fue el anunciarle a los auditores que existía el riesgo de que las turbas se tomaran sus casas en el convulsionado marzo que anunciaba el locuaz abogado y periodista.
También son conocidas las denuncias de malas prácticas laborales de Radio Bío-Bío con la persecución de la que fue víctima la periodista Rayen Araya y el despido de todos los periodistas que estaban sindicalizados, a pesar de las denuncias a la Dirección del Trabajo y del Colegio de Periodistas.
Otro de los destinatarios de los comentarios obsesionados de Mosciatti es el empresario Álvaro Saieh, quien cada vez que puede es atacado por ser propietario del holding informativo COPESA -La Tercera y varias radios- y además de banquero y otras inversiones en empresas de rubros estratégicos. Para el dueño de radio Bío-Bío es un competidor directo en la búsqueda de avisaje publicitario y utiliza el micrófono para cuestionar el conflicto de intereses entre comunicaciones y empresas.