Basta leer los medios tradicionales: El Mercurio y La Tercera como ver los canales de televisión -incluido TVN- para advertir que la élite empresarial que gobierna el país se siente confiada en que el proceso constituyente mantendrá sus privilegios y los cambios serán cosméticos, manteniendo las bases del modelo económico y social impuesto en dictadura. Más aún ahora la carta fundamental será validada por una legitimidad de origen, a lo menos formal.
Los medios dan a conocer las propuestas de los dos bloques que han gobernado el país desde la vuelta a la democracia, esto es la derecha y los partidos que alguna vez formaron la Concertación, excluyendo al PC, el Frente Amplio y los independientes.
Claro está que la derecha se ve disminuida por la pésima gestión del gobierno de Sebastián Piñera en el «Estallido Social» y en la Pandemia de la Covid19. Por ello los que salvarán el quórum de los dos tercios para mantener el «status quo» son los partidos de la ex Concertación: Democracia Cristiana, Partido Por La Democracia, Partido Radical y Partido Socialista -tal vez una parte de este último-.
Los candidatos que vienen desde la DC y el PPD han sido favorecidos por los empresarios en el financiamiento de la campaña a constituyente. Si a alguien le queda duda que Mariana Aylwin, Clemente Pérez, Laura Albornoz, René Cortázar y Guillermo Larraín representan al gran empresariado se despeja con los millonarios aportes que reciben.
Ese núcleo que incluye al «Laguismo» unidos a la derecha construirán un porcentaje que podría superar el 66.6% para la redacción de la carta fundamental. La derecha tendrá que transar en cosas mínimas, tal vez algunos derechos sociales, pero el texto será muy favorable a la élite económica que gobierna el país.
El Partido Comunista (PC), el Frente Amplio (FA) y los independientes -tal vez más representativos que esos dos referentes políticos- serán la minoría en la Convención y si no logran sumar sus propuestas a los representantes de la Ex Concertación serán minoría, algo difícil por el vínculo entre la DC, el PPD, PR y sectores del PS con los grupos empresariales.
El escenario descrito, sin duda, despejaría los efectos del «Estallido Social», esto es volver a una situación electoral similar a la de la última elección presidencial, en la que la derecha disputará con la Ex Concertación la presidencia de la república, quedando relegados a un tercer lugar los independientes y los sectores de izquierda -PC y FA-.
La crisis de representatividad se mantendrá aun cuando la derecha y la Ex Concertación tendrán una nueva validación en una elección que probablemente tenga poca participación a fin de año, por el abandono de parte un sector relevante del electorado decepcionado del resultado de la elección de convencionales.