Cuando el gobierno de Sebastián Piñera anunció el acuerdo con Pfizer hace algunos meses los medios de comunicación hemegómicos y pertenecientes a la élite económica del país mostraban que el país estaba en la vanguardia mundial de la provisión de vacunas. Incluso, en medios argentinos de derecha -como la La NaciónTV- se indicó por relacionadores públicos locales que ejercen el periodismo que nuestro país tendría aseguradas más de 8 vacunas por cada habitante.
Pero como ha sido la tónica del gobierno todo es relativo. Y es así que Pfizer sólo envió unas mínimas partidas y el resto de las vacunas en el mundo están escasas y lentas en su producción. Fue así que la admininistración empresarial que dirige el país sacó bajo la manga la carta alternativa que había «negociado» en forma muy oscura el año pasado, en la también lúgubre gestión del ex ministro Jaime Mañalich, quien está siendo investigado penalmente por las medidas adoptadas para el control de la Pandemia.
Una empresa china, cuyos propietarios se desconoce, pero con presencia hace años en el negocio de las vacunas: Sinovac, fue la «elegida» por Piñera, Mañalich y los representantes del empresariado -Juan Sutil- incluyendo en la triangulación a la Pontificia Universidad Católica y así en un negocio millonario que los chilenos desconocen hasta ahora, Chile se transforma en uno de los primeros países del mundo en el que se aplicará la vacuna Coronavac.
Sabido es que en Chile el proceso de fase 3 de la vacuna china aún no termina y que hace dos semanas se informó que en Brasil la vacuna sólo tuvo un 53% de efectividad. Pero el gobierno yua había optado por «Coronavac», con el aval de los especialistas de la Pontificia Universidad Católica (PUC) quienes han sido reiteradamente entrevistados y participado en los medios hegemónicos defendiendo la vacuna y así lograr que la población confíe en ella.
La vacuna probablemente -y eso esperamos fervientemente- no causará efectos dañinos colaterales a quienes la recibirán. Las dudas están en lo que se su efectividad, ya que el virus podría enfermar a los inoculados y así la situación se empeore aún más.
LAS GANANCIAS DEL GOBIERNO
El gobierno está en el momento ideal de salvarse. Como cualquiera de los dos equipos de fútbol más populares del país hoy entregados a la suerte para no descender, Piñera sabe que es otra oportunidad para utilizar la vacuna que llega en millones de dosis para revertir la gestión nefasta de la Pandemia y así sacar ventaja política que le permita capitalizar la favorable opinión ciudadana por la vacunación.
La elección de los constituyentes en abril y las elecciones presidenciales de fin de año permitirán que el gobierno de lograr la vacunación masiva en los próximos meses y de darse las cosas tal vez la circulación del virus se reduzca.
Que la vacuna tenga sólo 53% de efectividad -según se ha informado por medios internacionales y especialistas- da lo mismo. Para eso están los científicos de la PUC que le dan validez a Coronavac, además del apoyo del Colegio Médico que se subió al carro de la vacuna china.