Estaban optimistas. Las encuestas oficialistas van a mostrar un gran repunte de Piñera y su gobierno por las vacunas chinas que se están aplicando en todo el país, con una cobertura propia de los medios que actúan como agencias de relaciones públicas. Así se podría nuevamente convencer -tal vez concientizar y comprar- al electorado y poder lograr más del 33% en la Convención Constituyente «amarrando» por muchos años el modelo que a la élite le ha significado tantos privilegios y, de paso, en noviembre ir por otros cuatro años más…
Pero no contaba el gobierno con que la fuerza policial a la que empoderó sin perfeccionamiento, y les entregó armas e instrumentos represores a destajo, le abriría un nuevo flanco -otro más- de abuso de poder y discriminación que terminó el día de ayer en horas de la tarde con un joven malabarista asesinado por un efectivo de carabineros en Panguipulli, localidad de la región de Los Ríos, cuya identidad la justicia por razones cuestionables ha ordenado mantener en reserva.
No podían creerlo en «La Moneda». Una mecha que se encendió anoche en la tranquila Panguipulli en la que se desbordó el malestar por el abuso policial y terminó en desmanes de los que la policía simplemente huyó y dejo a manos de algunos vándalos -como siempre ha ocurrido- la municipalidad y los servicios públicos que fueron saqueados e incendiados.
Claro está que el gobierno y los medios hegemónicos pertenecientes a la élite empresarial han enfocado esta mañana todo en los desmanes y la construcción de las teorías conspirativas del «terrorismo», a partir de las lamentables palabras del intendente de Los Ríos, César Asenjo Jerez, y las opiniones destempladas del subsecretario Juan Francisco Galli, quien nuevamente sin esperar una investigación apoyó lo indefendible: un crimen a mansalva por un funcionario policial que no siguió protocolo alguno.
El gobierno demoró un día en reaccionar. Parece ser que lo que se dice en la derecha de que «Piñera está cansado» vale para su administración… Discursos que sólo defienden el proceder policial e irritan aún más a una parte del país, aquella que está cansada de una institución que se salió de sus cabales hace años.