Por estos días debería estar jugándose el Campeonato Internacional de Francia más conocido por Roland Garros, verdadero torneo mundial de tenis en canchas de arcilla. Suspendido por las razones por todos conocidas, se postergó bajo muchas críticas para el mes de Septiembre pegadito al US Open que de jugarse finalizaría por esa fecha.
Pero no de trata de eso esta columna, sino de los recuerdos que me vienen a la mente por haber pasado cerca de 20 años estas fechas cubriendo dicho torneo para diarios, radios y especialmente para la revista Quince Cero de la cual fui propietario y director durante sus 17 años de existencia. Y fue, sin embargo, mucho antes cuando estando becado en París y haciendo una práctica en el diario deportivo l’Equipe, cuando visite por primera vez el mítico estadio de la Porte d’Auteuil. Corría el mes de mayo de 1963 cuando Jaime Pinto jugó el partido que jamás olvidaré. Jaime, al igual que Patricio Rodríguez y Ernesto «Potoco» Aguirre, debió jugar un torneo de consuelo que reunía a los 64 perdedores en primera vuelta. Pinto había avanzado hasta las semifinales contra el legendario colombiano radicado en Barcelona, «Pato» Alvarez.
Paralelamente en el court central jugaban una semi final del torneo el australiano Roy Emerson contra el italiano; Nicola Pietrangeli.
Un partido imperdible. Yo, fiel a mis amistad con Jaime permanecí apoyándolo pensando que iba a terminar pronto y yo alcanzaría a ver el duelo del court central. Pero… Jaime y Pato jugando desde el fondo, devolvían y devolvían sin cesar, prolongando el duelo hasta más allá de lo imaginable. el clamor del público que aplaudía a Emerson y Nicola me instaban a unirme a esa masa enfervorizada, pero los ruegos de Jaime de que no lo dejara solo pudieron más y permanecí estoico a su lado hasta que finalmente, tras horas de lucha, se alzó con el triunfo. Al mismo tiempo que Roy Emerson derrotaba a Pietrangeli y yo no alcanzaba a ver ni siquiera un punto.
Mi recuerdo estrella de Roland Garros. Otro que me viene a la memoria es el triunfo de Roger Federer antes el sueco Robin Soderling en la final de 2009, logrando su primer y único título de Grand Slam que le faltaba. Ganador de Wimbledon, Australia y USA, aprovechó la derrota de Nadal ante el sueco para completar bla hazaña que muy pocos pueden lograr.
También estuve en la sala de prensa cuando se proclamó a Marcelo Ríos como el Premio Limón del siglo ese año 2000. Ya ha obtenido ese reconocimiento en 1997, 98 y 99 por lo cual nadie pudo discutirle ese poco apetecido galardón al tenista más desagradable y poco colaborador con la prensa.
Y para cerrar está ronda de recuerdos, uno que me atañe personalmente. En 2002 me quedé dormido en mi butaca de prensa durante un partido de !Pete Sampras! Si. Como lo lee. Me dormí en un partido del gran Pete! Habíamos salido de Santiago con mi amigo Fernando Uribe el día antes en desde Santiago y llegado a Miami a las 5 AM. Hicimos hora en un mall, almorzamos y nos embarcamos a París a las 6 pm llegando a París a las 9 am del día siguiente. Dejamos las maletas en el hotel y partimos a Roland Garros a ver a Sampras. Solo que yo no lo vi porque las 50 o más horas sin dormir me pasaron la cuenta. De lo cual se aprovecharon mis colegas chilenos para tomarme fotos durmiendo y hacer mofa de mi infortunio.
Por Sergio Ried