Apretando los puños y rumiando una gran felicidad, el Príncipe celebraba el punto que le dió el triunfo en la final de Bastad frente al argentino Juan Ignacio Londero, sin pensar en que por la cabeza de su abuelo y mentor Jaime Fillol revivía uno de los momentos más álgidos y duros de su carrera.
Porque el 19 de Septiembre de 1975, el equipo chileno de Copa Davis debió enfrentar al de Suecia en el mismo escenario en el que Jarry 44 años más tarde iba a conseguir ganar su primer torneo ATP. Un cara y sello del destino que quiso compensar los momentos terribles que pasaron los integrantes del equipo chileno comandado por Luis Ayala en tierras suecas, como consecuencia del golpe militar del General Augusto Pinochet.
En priincipio los jugadores nacionales se negaron y viajar por haber recibido Jaime Fillol, amenazas de muerte por parte de grupos politicos de exiliados chilenos en Suecia, al extremo que la Federación de Tenis ante la emergencia decidió enviar a Pedro Rebolledo, Alejandro Piérola y un joven Hans Gildemeister en lugar de Fillol, Cornejo y Prajoux.
Faltando días para la confrontación, el Gobierno de Suecia garantizó la seguridad de los nacionales, al levantar un muro junto al court y proteger el hotel del equipo chileno, lo que decidió a Fillol y Cornejo a asistir al compromiso. Los días de partido, más de 7 mil chilenos afuera del estadio, contenidos por un gran contingente policial, hacían temblar a los jugadores chilenos con sus cánticos, petardos y bombas de ruido, ayudando a que un adolescente llamado Bjorn Borg y sus coequipos ganaran la serie 4-1.
Este doloroso episodio me vino a la memoria al ver al sonriente nieto de Jaime Fillol levantar el trofeo de campeón del torneo de Bastad.
Seguramente Jaime también lo revivió.
Por Sergio Ried