Nunca se ha hablado y escrito tanto en las semanas previas a un Grand Slam, como de este Abierto de Australia que comienza excepcionalmente el 8 de febrero, debido al Covid-19. Tradicionalmente se jugaba en pleno verano boreal a comienzos de enero y en diciembre entre los años 1977 y 1986, para combatir el calor de Melbourne, que a veces hasta supera los 40 grados celcius. Otro problema del torneo fue la lejanía de la isla tanto de Europa como de los demás continentes, lo que hacía difícil para muchos jugadores acometer el largo viaje en época de Navidad y Año Nuevo. Hoy ese contratiempo se ha superado gracias a los avances de la aviación comercial y a los más de 50 millones de dólares australianos en premios.
Inaugurado el 17 de diciembre de 1905 bajo el nombre de Campeonato de Australasia cuando se realizaba conjuntamente con Nueva Zelanda, cambió de nombre en 1927 cuando este último país comenzó a tener su propio campeonato. Entonces pasó a llamarse Campeonato de Australia, hasta el advenimiento de la «era open» en 1968, que abrió la puerta a jugadores profesionales de todo el orbe y tomó su nombre actual de Abierto de Australia.
Sus primeras ediciones se llevaron a cabo en las canchas de césped del Kooyong Stadium, con su forma de herradura y la baja calidad de la hierba, que nada tenía que ver con la impecable grama de Wimbledon, precipitaron la mudanza del torneo en 1988 al hermoso estadio de Melbourne Park, (antes Flinders Park), el primero de los cuatro Grand Slams en contar con techo retráctil en sus dos courts principales el Rod Laver Arena y el Hisense Arena. Hoy los cuatro Grand Slams lo tienen, aunque el de Melbour es el que tiene el récord de asistencia para un solo día, con 62.885 espectadores en 2008. Mismo año en que tras dos décadas de uso fue cambiada la superficie «Rebound Ace» por una más lenta llamada «Plexicushion», la que a su vez fue cambiada por la actual «Greenset» que se usa desde el año pasado.
Así llegamos a este controvertido Australian Open 2021 que ojala se sobreponga a todos los inconvenientes de la pandemia y vuelva a ser el de otros años.
Por Sergio Ried