Cuando empezó el Australian Open, primer Grand Slam de la temporada, se sabía que no iba a ser un torneo normal. La pandemia, el escaso y complicado entrenamiento de los jugadores y los estrictos protocolos establecidos por las autoridades gubernamentales, de la salud y del mismo campeonato, no presagiaba nada normal para las dos semanas de competencia. Y bueno, ya pasó una y cuando se entra en cuartos de final en todas las ramas del torneo, son varios los hechos inéditos y pintorescos dignos de destacar.
Pero primero vamos al tenis. Empecemos por la increíble reacción del austriaco Dominic Thiem (sin su coach Nico Massu) ante el local Nick Kyrgios, que levantó una desventaja de dos sets a cero para ganar en cinco mangas de terror. El desgaste físico y mental de esas casi cuatro horas fue tal que en la ronda siguiente le pasó la cuenta frente al búlgaro Grigor Dimitrov quien le dio una soberana paliza en octavos de final.
Otro hecho destacable es la séptima derrota consecutiva en primera ronda del número 11 del mundo, el francés Gael Monfils, quien lloró en la conferencia de prensa post derrota frente al joven finlandés Emil Ruussuvuori (86 ATP), pidiendo clemencia a los medios por no poder ganar un partido en tanto tiempo.
Algo diferente a lo que sufrió Novak Djokovic, quien sufrió un fuerte dolor abdominal en pleno partido contra el norteamericano Taylor Fritz, que lo obligó a pedir asistencia médica. Sin poder superar la lesión pensó en retirarse cuando el azar llegó en su ayuda. Eran las 11:35 pm y el toque de queda para Melbourne es a la medianoche, por lo que el árbitro del partido ordenó desalojar el estadio Rod Laver. El procedimiento duró media hora y Djokovic pudo reponerse en el vestuario para ganar en cinco sets.
Otro hecho insólito es el que protagonizó el número 4 del mundo, el ruso Daniil Medvedev, quien en su partido frente al serbio Filip Krajinovic hizo sacar del estadio a su coach español el afamado Gilles Cervera. Ganaba el ruso dos sets a cero cuando tras perder el tercer set y estar 1-4 abajo en el cuarto, empezó a gritarle histérico a su entrenador que se fuera y lo dejara jugar tranquilo. Cervera tuvo que obedecer y Medvedev tras perder esa manga por 6/3 ganó el quinto set 6/0. «Siempre tenemos estas peleas una o dos veces al año – dijo Daniil – pero después queda todo en nada».
La pelea que no quedó en nada fue la que tuvieron los italianos Fabio Fognini y Salvatore Caruso quienes llegaron a un «súper tiebreak» en el quinto set que se resolvió por un infartante 14-12 en favor de Fognini. Sin saludarse y una vez en sus respectivas bancas comenzó un áspero diálogo entre los dos compatriotas que casi llegaron a las manos. Caruso le reprochaba a su rival de que lo había ganado solo de suerte y tras las fuertes respuestas de Fognini llovieron los insultos y las descalificaciones. Hasta que el árbitro cortó por lo sano y se llevó a Caruso a los vestuarios.
Estos incidentes, consecuencia de la tensión de los jugadores, tuvo un hecho que se trasladó a las tribunas cuando una elegante dama pasada de copas, comenzó a hacerle gestos obscenos con su dedo a Rafael Nadal y tuvo que ser desalojada del Rod Laver Arena. «Es muy aburrido verlo hacer todos esos gestos y toqueteos antes de servir – dijo la señora – yo pago mi entrada para ver tenis y no eso».
Así se llegó a los cuartos de final con Djokovic y Nadal como grandes favoritos, seguidos de Medvedev, Zverev y Tsitsipas. Salvo que algún tapado de la sorpresa del año.
Por Sergio Ried