Cuando Nicolás Jarry (64 ATP) y primer seleccionado, cayó en cuartos de final ante su mismo verdugo de Toronto 2015, el brasileño Joao Menezes (110 ATP), se vió que esta competencia iba a ser de muy baja calidad. Lo que quedó demostrado con el correr de los días y el avance del cuadro. Tanto así que el mismo Menezes (110 ATP), se llevó el oro ante chileno Tomás Barrios (280 ATP).
Es tradicional que el tenis sea un invitado de piedra en estos Juegos, debido su alto nivel de profesionalismo, ya que los mejores jugadores prefieren jugar torneos por puntos ATP y mucho dinero en premios, antes que representar a su país. De ahi que Argentina no llevara ni a Martín del Potro (11 ATP), Diego Schwartzman (23 ATP) y Guido Pella (24 ATP) y ni siquiera a Lóndero, Delbonis y Mayer, quienes habrían ganado al galope las medallas. Y Estados Unidos que dejó en casa a John Isner, Taylor Fritz y Sam Querrey, quienes sin ninguna duda también habrìan arrasado con varias preseas.
Por el lado chileno, se esperaba que Jarry no iba a tener inconvenientes para ser campèon y lograr pasajes para Los Juegos Olímpicos de Tokio (el gran alicientes de estos Juegos), pero en una tarde para el olvido, jugó uno de los peores partidos que le hayamos visto, cayendo ante el muy discreto Joao Menezes, el mismo que lo derrotó hace 4 años en Toronto. Entonces surgió la figura del espigado chillanejo Tomás Barrios (280 ATP), quien a tropezones y con un juego muy discreto, alcanzó la final ante el brasileño Menezes. Una final que bien pudo ganar en dos sets corridos y que terminó perdiendo en tres, debido a sus múltiples errores técnicos y tácticos. Barrios demostró por qué es el número 280 del mundo, exhibiendo un tenis monocorde, sin matices y sin ideas. Abusando del «drop shot» cuando no debía, cometiendo doble faltas en momentos cruciales y sin mostrar ningún argumento tenístico que nos permita pensar en que llegará a ser mucho más de lo que es hoy.
Entonces nuestro tenis debió conformarse con la medalla de plata del mismo Barrios y con el oro de Nicolás Jarry con la chileno-estadounidense Alexa Guarachi en la prueba de dobles mixtos. Una pobre cosecha, que nos mostró a una bajísima Daniela Seguel que regaló el dobles junto a Guarachi y a un Alejandro Tabilo que fue de paseo a Lima.
Por Sergio Ried