Desde los años 1973 a 1988 cuando Jimmy Connors y Chris Evert fueron los reyes del tenis, ganando ambos docenas de torneos, se instaló la controversia sobre si era mejor el revés a dos manos o con una sola. Los números parecían favorecer, y por mucho, la teoría de las dos manos para golpear el revés. Era difícil encontrar un profesor de tenis en Estados Unidos que tan siquiera osara enseñar a un chico o chica a pegar ese golpe con una sola mano como todos los mayores de 50 años aprendimos. Bjorn Borg, el citado Connors, André Agassi, Jim Courier, Michael Chang, Jennifer Capririati, Monica Seles, Serena Williams y una legión de campeones refrendaban la teoría de que con dos manos es mejor, superando a Ivan Lendl, Pete Sampras, Stefan Edberg, Boris Becker, Pat Cash, Guillermo Vilas, Martina Navratilova, Billie Jean King, Steffi Graf y otros defensores del revés a una mano.
Los años siguieron pasando y la tendencia de la dos manos fue creciendo, hasta predominar de manera aplastante en el tenis hasta el día de hoy, donde reinan Nadal y Djokovic y sobresalieron Andy Murray, Leyton Hewitt, contra un solitario representante del golpe a una mano: Roger Federer. un purista como lo fueron los grandes campeones de antaño, Rod Laver, John Newcombe, John McEnroe y toda la legión australiana de fines del siglo pasado. La controversia seguía aumentando entre los defensores del golpe a dos manos, que permite mayor potencia, mejores ángulos y mas variedad que el tradicional a una mano. Los defensores del revés a una mano decimos que golpear con una sola mano permite llegar a la pelota más fácilmente, al tener que dar un paso menos; que evita lesiones a la columna y que ofrece mayor cantidad de opciones, como el «slice» tan utilizado por Federer;, el «top» de Wawrinka, Gasquet y hoy día de las figuras del recambio de «los tres magníficos», Federer, Nadal y Djokovic.
Y resulta halagador para quienes siempre hemos abogado por el tenis tradicional y puro, el hecho de que en el reciente Masters Finals de Londres, los cuatro semifinalistas finalistas juegan con revés a una sola mano. El campeón Stefanos Tsitsipas, el finalista Dominic Thiem y los semifinalistas Alexander Zverev y Roger Federer
Será esta una señal de que el tenis del futuro está llamado a volver a sus raíces o solo se trató de una coincidencia y seguiremos viendo las canchas del mundo dominadas por el revés a dos manos?
Sólo el tiempo lo dirá.
Por Sergio Ried
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