Terminó la primera semana de este extraño y triste Roland Garros y entramos a la decisiva «second week». Con los favoritos a tope, salvo el 6°clasificado Alexander Zverev, quien cayó en la cuarta ronda ante la revelación del torneo, el italiano de recién cumplidos 19 años Jannik Sinner, que sorprende al mundo del tenis con su talento. Seleccionados como Matteo Berretinni (se retiró en tercera ronda), Dennis Shapovolov, Daniil Medvedev y otros, también se fueron tempranamente a manos de desconocidos. Nuestro Cristian Garín, tras dos difíciles triunfos en las rondas iniciales, cayó en la tercera ronda ante el ruso Karen Jachanov en cuatro sets, cumpliendo una actuación más que aceptable.
De los tres candidatos de fierro, Novak Djokovic, Rafael Nadal y Dóminic Thiem, sólo este último tuvo problemas para avanzar a cuartos de final contra otro sorprendente italiano, Hugo Gaston quién lo llevó a cinco sets en cuarta ronda. Digamos que está otra promesa del tenis italiano ya había mostrado sus credenciales derrotando a Stan Wawrinka. Y ojo con el chico ruso Andrei Rubilov que hace un tiempo se está arrimando al selecto grupo de los «top five»y será dura amenaza para los «big three» en las rondas decisivas.
Un Roland Garros para el olvido, sin publico, sin restaurantes, sin champagne ni bellas asistentes y con un clima frío y lluvioso que contrasta con el habitual de la primavera parisien fecha oficial del torneo. En suma, sin todos los aditamentos que hacen de este campeonato uno de los eventos deportivos más atractivos del mundo.
Cada vez parece más acertada la decisión de los dirigentes británicos que prefirieron no hacer su campeonato de Wimbledon sin público, sin frutillas con crema, sin Pimms y sin elegantes damas de sombreros alones porque según ellos «así no sería Wimbledon» .
Algo que no hicieron el US Open ni Roland Garros.
Por Sergio Ried