Dícese de un rival deportivo contra el que regularmente se pierde, contra todo pronóstico. Del qué tiene una paternidad fuera de toda lógica y reiterada contra un rival que se presume superior en términos de juego y de ranking. Y no ocurre solo en el tenis.
El término «bête noir» tiene su origen en Francia en el siglo XVIII y se trata del temor a los animales salvajes y la oscuridad, en épocas en que el hombre vivía en mayor contacto con la caza.
En el tenis es habitual referirse a las «bestias negras» de algún jugador ante otro de menor envergadura y pergaminos, porque sería ilógico tener a Federer, Nadal o Djokovic como bestia negra, ya que ellos pierden muy poco ante jugadores de menor envergadura o desconocidos. Pero de que ellos también tienen sus bestias negras, si que las tienen. Aunque sea en ocasiones aisladas.
Rafael Nadal por ejemplo nunca se olvidará del luxemburgués Gilles Muller quien lo eliminó en Wimbledon el año 2017 cuando él traía un récord de 28 sets ganados en fila entre su titulo en Roland Garros y las tres primeras rondas de Wimbledon. Perdía dos sets a cero el manacorî y merced a su reconocida garra y espíritu de luchao remontó la desventaja dejando el partido empatado y con señales de que todo volvía a la normalidad. Pero no fue así y Muller dio el batacazo del año ganando el partido en cinco mangas.
De Novak Djokovic no puede decirse que es la bestia negra de nadie por cuanto es el número nuno del mundo, pero cuando el récord es negativo (26-24 para el serbio) y además se pierden 7 partidos seguidos ahtebun mismo rival tal vez podríamos hablar de que Djokovic es una bestia negra para Nadal. Cómo lo fué Andy Murray quien tiene un récord de 3 a 1 en finales contra el español. En la actualidad el austriaco Dominic Thiem lo ha derrotado cuatro veces en hilera, lo que podría interpretarse como un atisbo de paternidad ante Nadal.
Novak Djokovic, aunque prácticamente no tiene un real verdugo, si tiene un rival duro de roe en el ruso Daniil Medvédev quien en 2019 lo venció dos veces seguidas en diferentes superficies, algo que solo han conseguido Roger Federer y Andy Murray.
De los más antiguos hay que citar a Bjorn Borg quien tuvo una paternidad aplastante sobre Guillermo Vilas a quien superó !17 veces! cayendo solo en 5 ocasiones.
Y como dato curioso señalemos el del sueco Robin Soderling quien perdió 15 veces contra Federer, venciéndolo una sola vez. Recuerdo que antes de enfrentar al suizo en la final de Roland Garros 2009 dijo: «El me ha ganado 12 veces y no hay un jugador que pueda ganar a otro !13 veces seguidas!
Salvó que se trate de Roger Federer quien lo venció una vez más en sets seguidos, conquistando el único Grand Slam que le faltaba.
Y en el piano local no podemos dejar de lado el caso del astro brasileño de fines del siglo pasado, Thomas Koch, quien no tenía problemas en vencer a Jaime Fillol, pero no podía ganar a Jaime Pinto, un jugador de menor jerarquía que el número uno de Chile.
Cuestión de características de juego esto de las «bestias negras».
Por Sergio Ried