Mario Desbordes y Sebastián Sichel. Dos precandidatos que la élite y la derecha han instalado junto a Joaquín Lavín, Evelyn Matthei y José Antonio Kast.
A diferencia de los alcaldes que fueron electos y del presidente del partido republicano, cuya fortuna personal le permite mantenerse en carrera, tanto Desbordes y Sichel fueron parte de una operación política que deslinda con la corrupción al utilizar cargos designados por el presidente de la república, Sebastián Piñera, sólo como plataformas de sus aspiraciones presidenciales y pagados por todos los chilenos.
Sichel fue designado en la presidencia de BancoEstado y en los escasos 6 meses que estuvo se llevó una remuneración de $94.719.013 (NdR: Remuneración calculada proporcionalmente según sitio institucional de BancoEstado). Aunque el lector quede sorprendido, ese fue el premio que le dio Piñera por estar en su gabinete y convencerlo que puede ser candidato presidencial. ¿Su aporte al Banco? Nada. Por el contrario, al igual que ocurrió en su olvidable gestión en el Ministerio de Desarrollo Social, Sebastián Sichel no fue capaz de dejar nada positivo en la entidad estatal. En los pocos meses de su gestión el banco se desprestigió por los sucesivos escándalos informáticos y el perjuicio que ello causó a cientos de miles de clientes. El candidato aparecía sólo para llamar a un punto de prensa a los medios de comunicación oficialistas -canales de TV, Radio Bío-Bío, La Tercera y El Mercurio- y tratar de obtener pantalla y espacio en su aspiración apoyada por el mandatario, siendo un ejemplo de este maquillaje mediático el anuncio del cambio de nombre de «ServiEstado» por «BancoEstado Express» y la melosa historia de su vida personal, a lo que se añade de encuestas realizadas por empresas que prestan servicios para la entidad estatal.
Sebastián Sichel así recibió un millonario sueldo de parte del Estado a través del banco homónimo y apoyado por el sector derechista de la democracia cristiana -léase Gutemberg Martínez, Soledad Alvear y Juan José Santa Cruz- ir intentando instalar su candidatura. Vale la pena recordar que Sichel era militante DC hasta hace pocos años.
El «subsidio» estatal a Sichel debe además incluir el equipo de campaña que llevó al BancoEstado con cargo al presupuesto de dicha entidad -también pagado por todos los chilenos- siendo sorprendentes sus declaraciones al indicar que en Chile el problema no es la concentración de la riqueza, sino que el Estado. Hoy fue a La Moneda y le presentó la renuncia a Piñera, eso sí el costo es de todos los chilenos…
Mario Desbordes como ministro de defensa no hizo más que ejercer el cargo en forma protocolar. Fueron sólo cinco meses para que el ex diputado tuviera un ingreso y así pudiera, al igual que Sichel, potenciar su candidatura que han apoyado los medios afines a la derecha y así opacar al díscolo senador Manuel José Ossandón, al que extrañamente la fiscalía imputó delitos y terminó sacándolo de la carrera presidencial.
Fueron $46.749.265 (NdR: Remuneración bruta mensual de $9.349.853), los que se embolsó Desbordes, quien en un año ha sido diputado y ministro de estado.
Piñera -según se comenta en Palacio- estaba cansado con Desbordes. Las rencillas de esté último con el canciller Andrés Allamand y los seguidores del «Rechazo» y su insistencia por salir del gobierno para instalar su candidatura hicieron que el cambio de gabinete se realizara hoy.